Por Dania Del Pino Más
Muchas han sido las propuestas escénicas del 14 Featival de Teatro de La Habana. Variadas poéticas han invadido las salas capitalinas para tender nuevos puentes de comunicación entre naciones y hacer posible un diáfano y urgente encuentro entre teatristas. Algunas han sido ovacionadas por el público, otras, no tan impactantes, nos han dejado el sabor amargo de la duda, de la apatía, o de la decepción. En tal panorama, Cosmogonia. Experimento no. 1, del grupo brasileño Os Satyros, dirigido por Rodolfo García Vázquez, es uno de espectáculos más renovados visualmente, que pretende convertir al espectador en un ente activo dentro de la puesta en escena.
Basada en múltiples teorías cosmogónicas del ser humano, la obra pretende indagar en el origen del universo, en las cuestiones más trascendentales de la vida y en el acto de la muerte, como cierre de un ciclo indetenible. Así, el espectáculo presenta los últimos momentos de vida de un Científico, ante el cual aparecen los personajes de La Moira Inflexible y la Musa Bella Voz, para ayudarlo a reflexionar en torno a estos temas. Tomando como testigos a los espectadores, vestidos de enfermeros de la sala de terapia intensiva donde agoniza el personaje, el director demuestra la vulnerabilidad del individuo en el último instante de su existencia, más allá de sus ideas o su clase social.
La puesta está construida en una atmósfera onírica. Como en una pesadilla, las escenas entrecruzan momentos de caos y concordia, de euforia y amor, de dolor y placer, y nos demuestran que en la avenencia de los opuestos se sustenta el equilibrio del mundo. Para conseguirlo, el diseño de iluminación se desplaza de colores cálidos como el rojo intenso o el naranja intermitente que resaltan la tragedia del personaje, a la fría suavidad de un azul que, por momentos, devuelve la tranquilidad a su cuerpo. Así, el blanco de las telas de la escenografía es matizado por diferentes tonos, como si los tormentos del protagonista se reflejaran o influyeran en todo el espacio escénico.
Ivam Cabral asume el personaje del Científico. Su labor se sustenta en una cadena de acciones ejecutada con un ritmo variable en cada momento y en un decir lleno de matices, que se complementa con los gemidos y la respiración entrecortada de quien perece poco a poco. Y siguiendo la pauta de una irregular cadencia en los movimientos , en la que el cuerpo se imbrica activamente para producir sentido en el público, Cléo de Páris encarna la Moira y Musa, haciendo descollar su sensualidad femenina, cual símbolo de la belleza y el amor que también rigen el mundo. Otros actores cubanos se unen al montaje para recrear la atmósfera y guiar a los espectadores en este experimento.
Con estos talantes figuró el espectáculo Cosmogonia. Experimento no. 1, en la cartelera del 14 Festival. Aunque la barrera del idioma impossibilitó el entendimiento cabal de la obra, la sugerente visualidad, construida muchas veces por el propio espectador, quien debió introducir su cabeza en las aberturas de una tela que servía de cubiera, para crear un nuevo espacio de acción, permitió la comprensión global de la puesta y propició una lectura más sugestiva y enriquecedora para el público. Solo queda esperar una nueva visita de Os Satyros y su director Rodolfo García. Mientras, démosle gracias por este experimento y arribemos al final de nuestra ruta en este Festival.
Fonte: Perro Huevero, Boletín del 14 Festival de Teatro de La Habana. 06 de novembro de 2011